sábado, 22 de agosto de 2009

Vamos a instituir el Día Nacional del Desagravio a la Prensa*

(A propósito del caso Vianco)

Eloy Alberto Tejera**

Hace un año el periodista Vianco Martínez, uno de los comunicadores más integros, apasionados y convencidos de su oficio que conozco, fue agraviado y vejado cuando trataba de hacer su trabajo. Algo que no suena ya raro y que se ha constituido en una fea costumbre.

Gente del poder y de estamentos desde los cuales actúan con prepotencia, cobarbía y ventaja, se dan a la tarea de maltratar a quienes tienen la labor de informar e investigar, intuyendo de antemano que sobre tales acciones el manto de la impunidad caerá irreversible y naturalmente.

Aunque no pude estar presente en esta ocasión que se conmemoraba un año del agravio a Vianco, sí he estado en las anteriores convocatorias. Y he confrontado a estos “personeros” o “espalderos” cuya labor es cuidar espaldas oscurecidas y frentes prepotentes y cuyos rostros me recuerdan a los matones de las películas de Los Intocables, pero que, cuando están frente a las cámaras y en igualdad de condiciones, sus rostros remedan niños malcriados y asustados.

Ya es tiempo de que esos lacayos del poder, esos mendigos de la vida y del talento, reciban una lección a sus tropelías. Y esos a los que yo llamo, “príncipes de la palabra” (los periodistas) se unan como uno para denunciarlos, para enrostrarles sus villanías, los desmanes que sólo la cogorza del poder y la riqueza confieren.

Pero como se ha demostrado en el Caso de Vianco Martínez estas autoridades ni este fiscal están en esa tesitura. Es muy noble para ellos, y el reino de hacer justicia al parecer no es de su mundo. Por eso celebro que ayer -el miércoles 19 de agosto-se hiciese un acto de desagravio a la prensa, y a Vianco Martínez.

Pero me voy más lejos. El 23 de agosto debería constituirse anualmente en el Día Nacional de Desagravio a la Prensa. Sería el día en que se recordarían los casos de agravios a periodistas cometidos por estos espalderos a la mejor calaña o estilo de Saymon Díaz.

Como los "agraviadores" creen que somos olvidadizos, como están seguros de que vivimos en una sociedad (cuya circunstancia histórica no esta signada por la vergüenza) sometida a escándalos y tropelías y actos corruptos a granel que son tirados al olvido a diario, necesitan que le hagamos un recordar sus desafueros, sus torpezas, sus abusos. Por eso cada año debemos reunirnos.

Debemos llevar las fotografías de estos abusadores, debemos decir sus nombres utilizando potentes bocinas. Una sociedad que no olvida está cerca de constituirse en una sociedad justiciera. Pero una sociedad que olvida es una sociedad que se encamina silenciosa pero seguramente a envilecerse.

Lanzo la idea a los periodistas, al Colegio Dominicano de Periodistas, al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) y a todas las instituciones sociales. Ojalá que el viento le sea favorable. Día Nacional del Desagravio a la Prensa.

*El artículo "Vamos a instituir el Día Nacional del Desagravio a la Prensa", escrito por Eloy Alberto Tejera, es el duodécimo de una serie que estamos haciendo en este blog, a manera de conteo regresivo hasta el 23 de agosto cuando se cumple un año del atropello contra Vianco Martínez. **Eloy Alberto Tejera es un destacado poeta dominicano.
La imagen que ilustra este artículo es una composición intitulada Homenaje a la Prensa y los blogs. Se puede ampliar haciendo un click sobre ella para apreciar los detalles.

jueves, 20 de agosto de 2009

Al menos el desagravio*


Por Diógenes Pina**

Las cuentas de Saymon Díaz y sus espalderos con el periodista Vianco Martínez ya están cerradas. La Fiscalía del Distrito debió encaminar un proceso hace un año por la agresión de que fuera objeto Vianco por los espalderos de Saymon Díaz. No fue así, sin embargo. Entonces aquí se aplica un poco la máxima del propio ejercicio del derecho: “justicia tardía, es justicia denegada”.

Claro, la grave diferencia entre la máxima del derecho y la realidad de Vianco es que en este caso ni siquiera fue tardía. Nunca lo fue.

El Fiscal Alejandro Moscoso Segarra lleva en su faltriquera un caso más de justicia denegada. En sus manos, el sistema de consecuencias volvió a quebrarse.

La justicia no quiso coronar el caso. Y los periodistas que se sintieron vejados, indignados como Vianco, lo desagraviaron en un acto público.

Si la justicia no funciona, al menos sí la solidaridad y el desagravio.


*El artículo "Al menos el desagravio", escrito por Diógenes Pina, es el undécimo de una serie que estamos haciendo en este blog, a manera de conteo regresivo hasta el 23 de agosto cuando se cumple un año del atropello contra Vianco Martínez. **Diógenes Pina es editor de Actualidad del Semanario Clave. Este texto salió publicado por primera vez en la edición 180 de Clave.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Juan Bolívar Díaz: "La gestión de Alejandro Moscoso Segarra ha manchado el estado de derecho"


Palabras leídas por Juan Bolívar Díaz en el Día Nacional del Desagravio a la Prensa


Los periodistas y los trabajadores de la prensa de República Dominicana hemos declarado el día de hoy como el Día Nacional del Desagravio a la Prensa. Hace un año, en el Teatro Nacional, uno de nuestros colegas –el periodista Vianco Martínez- fue agredido de manera física y ultrajado moralmente por los nombrados Josué Vargas y Rafael Emilio Vargas, espalderos del empresario Saymon Díaz, y pese a los esfuerzos que hizo, su reclamo de justicia ha caído al vacío.

La agresión se produjo en momentos en que esperaba para hacer una entrevista. Tras el hecho, Vianco interpuso una demanda judicial en contra de sus agresores. Desde el día en que la sometió ha caminado sin cesar de un lugar a otro en busca de una reparación judicial, pero todo ha sido en vano.

Junto a Vianco, fuimos a la Fiscalía, le escribimos varias cartas al Fiscal Alejandro Moscoso Segarra expresándole nuestro deseo de justicia, y al final nos dimos cuenta de que estábamos conversando con las piedras. En el año transcurrido, los periodistas dominicanos hemos quedado con un sabor amargo por la indiferencia, la indolencia, el desamparo y la irresponsabilidad de las autoridades judiciales.

Vianco Martínez ha sido periodista a tiempo completo. Ha llevado este oficio con nobleza y dedicación, y ahora que fue víctima de un atropello, ni siquiera ha podido lograr que las autoridades del Ministerio Público le ofrezcan el amparo que como ciudadano merece.

Para nosotros, sus colegas, amigos y compañeros de trabajo y de profesión, saberlo arrastrado como un animal en manos de unos sujetos investidos de ignorancia, desprotegido ante la superioridad de la fuerza bruta y humillado sin contemplación ante la gente, fue un espectáculo triste, doloroso y desolador, que pudo ser reparado rápidamente si las autoridades judiciales hubieran jugado su papel y tenido un comportamiento más justo y digno, distinto al que decidieron asumir.

Consideramos que Vianco ha sido atropellado dos veces, una por los espalderos que lo agredieron y ultrajaron, y otra por la irresponsabilidad de las autoridades judiciales.

El Ministerio Público, con su proceder, se sumó al agravio de los espalderos de Saymon Díaz, y eso ofende profundamente al periodismo dominicano.

Por el caso de Vianco ha desfilado un inútil cortejo de fiscales adjuntos –seis para ser exactos- y ninguno ha dado un paso firme hacia adelante. Una de las mayores hazañas de los adjuntos fue interrogar por teléfono a un testigo.

Frente a los agresores, los fiscales adjuntos se han mostrado empequeñecidos. Las relaciones de poder que han exhibido los inculpados representan una burla a los periodistas y a la sociedad dominicana. No acudieron a la mayoría de las citaciones judiciales, y cuando lo hicieron, pusieron cuantas condiciones se les ocurrió. Encima de eso, declararon frente a la cara de los fiscales adjuntos, que ellos no podían perder su tiempo en audiencias porque trabajan “para la seguridad del Estado”. El derroche de arrogancia de los imputados ha sido espectacular.

En el mes de marzo, la Jueza de Instrucción Elka Reyes emitió una sentencia ordenando a la Fiscalía una “inmediata investigación” de los hechos del Teatro Nacional. El Ministerio Publico no actuó, y más bien desacató el dictamen sin ningún reparo.

Hoy, que se cumple un año de la agresión contra Vianco Martínez, queremos que todas las autoridades judiciales del país sepan que los periodistas dominicanos nunca olvidaremos el trato dispensado por la Fiscalía, ni la indiferencia ni indolencia con que nos ha tratado. Ha sido ese proceder el que ha propiciado que el caso Vianco se empantanara y que no haya avanzado ni un centímetro, a pesar de su lucha ininterrumpida.

La gestión de Alejandro Moscoso Segarra ha manchado el Estado de Derecho y nos ha hecho pensar que todos los discursos grandilocuentes con que cada día se dirige a los medios de comunicación no son más que palabras. Nos resistimos a pensar que en República Dominicana el Ministerio Público está supeditado a las relaciones de poder de los victimarios, a los apellidos que tengan y a las personas con las que suban a las tarimas.

Con su inercia, el Ministerio Público ha malgastado su autoridad moral y protege a los agresores. Se ha convertido en una fábrica de decepciones; ha desfalcado nuestra esperanza de justicia y nos ha robado todos los anhelos de que haya una reparación judicial en el caso Vianco.

La Fiscalía no tiene una sola manera razonable de justificar el hecho de que en el curso de un año ni siquiera haya citado a los testigos, a pesar de que están todos debidamente identificados, por más argumentos que esgrima y por más tecnicismos que utilice como pretexto para no actuar contra los imputados.

La indiferencia del fiscal Alejandro Moscoso Segarra y de la Fiscalía ha provocado que los periodistas y los trabajadores de la prensa se sientan indefensos frente a la justicia.
En cada acto de denegación de justicia, es la propia justicia la que pierde y se empequeñece. El Ministerio Público está enfermo y el caso Vianco es un buen ejemplo de eso.

Estamos aquí, en el lugar donde la historia debió escribirse de otra manera, para expresar lo único que nos queda ante la fuerza de la impunidad: nuestra indignación, y para decirle a la sociedad dominicana que el Ministerio Público, con su talento para regalar impunidades, seguirá siendo una fábrica de decepciones.

Los periodistas y trabajadores de la prensa que acompañamos a Vianco Martínez esta mañana decidimos renunciar a la esperanza de que el Ministerio Público y la Justicia resguarden los derechos de un profesional de la comunicación social al que, como a muchos dominicanos, decepcionaron con su falta de capacidad de garantizar un acceso rápido y efectivo para los ciudadanos que ven violentados sus derechos.

martes, 18 de agosto de 2009

El SNTP llama a los periodistas a acudir hoy miércoles a la Fiscalía de Ciudad Nueva


El periodismo dominicano se siente agraviado por el Ministerio Publico, dice Olivo de León
Hoy es Día Nacional de Desagravio a la Prensa y este blog está de luto por la justicia

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) llamó a todos los periodistas y trabajadores de la prensa a participar en la visita a la Fiscalía del Distrito Nacional el miércoles 19 de agosto, que harán los periodistas en ocasión del Día Nacional del Desagravio a la Prensa.

El licenciado Olivo de León, secretario general del SNTP, aseguró que a un año del maltrato físico y moral de que fue víctima el periodista Vianco Martínez en el Teatro Nacional, la Fiscalía ha incurrido en denegación de justicia al actuar con una sospechosa dejadez frente a los imputados.

“Hace 365 días que el periodismo dominicano está esperando justicia en el caso del compañero Vianco Martínez y la Justicia se la ha negado”, sostuvo De León.“El periodismo dominicano se siente agraviado por el Ministerio Público, que en 365 días ni siquiera se “molestó” en citar a los testigos del hecho”.

En su opinión, la falta de sanción a los nombrados Rafael Emilio Vargas y Josué Vargas, espalderos del empresario Saymon Díaz, es una señal que manda el Ministerio Público a toda la sociedad que en la Republica Dominicana las leyes siguen siendo un pedazo de papel.

“Este ha sido un año de lucha y de reclamos ininterrumpidos por parte del periodismo dominicano, pero también un año de sordera, de indolencia y de indiferencia por parte del Ministerio Público”, puntualizó el gremialista.
Olivo de León afirmó que en lugar de dar curso al proceso iniciado por los periodistas contra los imputados, el Ministerio Público hizo grandes esfuerzos por empantanar el proceso y proteger a los agresores.

“Siempre tendremos pendientes que en este año de reclamos y de luchas del periodismo dominicano por el caso Vianco, la Fiscalía ni siquiera citó a los testigos ni realizó una investigación sobre lo sucedido, lo cual nos demostró de qué lado decidió ponerse el Fiscal Alejandro Moscoso Segarra”, enfatizó.

El Día Nacional del Desagravio a la Prensa fue declarado por periodistas dominicanos para conmemorar el primer año de la agresión que sufrió Vianco Martínez en el Teatro Nacional mientras esperaba para realizar una entrevista al cantautor español Pedro Guerra y para hacer una reflexión sobre el manto de impunidad tendido por el Ministerio Público a favor de los imputados.

De León sostuvo que la justicia ha sido muy pasiva en los casos de denuncias y sometimiento de situaciones que involucran a periodistas y trabajadores de la prensa.

Afirmó que durante el año se han producido medio centenar de agresiones, maltratos, intimidaciones, sometimientos, amenazas y otros casos contra periodistas, camarógrafos y fotógrafos.

Dijo que entre los más recientes se encuentran las heridas producidas a los periodistas de Bonao, Reinaldo Sánchez y Arquímedes Luna, así como los golpes y heridos a un gripo de camarógrafos, fotógrafos y periodistas de Santiago de los Caballeros que marchaban en demanda del informe de la investigación del asesinato del camarógrafo Azabache, entre ellos Ramón Reyes y José Disla.También, Delbi Delgado, periodista productor del programa “Al Día con Delbi Santos” en Terra FM, Info Diario y El Callejón, en Las Terrenas, Samaná, agredido física y verbalmente por la vicesíndico y su esposo, porque éste le pidió información del manejo de los recursos en lo relativo a sus funciones, sobre todo en el montaje de las fiestas patronales.

La filial Bahoruco-Independencia se une al Día del Desagavio de la Prensa


SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES DE LA PRENSA-SNTP
Filial Bahoruco-Independencia


Neiba, Provincia Bahoruco, 14 de Agosto del 2009.


PROCLAMA ANTE EL DIA DEL DESAGRAVIO AL PERIODISTA

Esta filial del SNTP, en nombre de todas y todos sus miembros, manifiesta su indignación ante el atropello, la desconsideración e injusticia de que han sido objeto los periodistas dominicanos, en la persona de Vianco Martínez.

No bien repuestos del irrespeto y la brutalidad de los espalderos de Saimon Díaz, nos sorprende la irresponsabilidad e ineptitud de los llamados a administrar el sistema judicial dominicano, quienes ante el insistente reclamo de aplicación de justicia por parte de la clase periodística del país, nos puntualizan que en esta mal llamada democracia dominicana existen personas que están por encima y fuera de las Leyes.

Nos acogemos al Día del Desagravio al Periodista Dominicano, como muestra de solidaridad ante la violación al derecho de ejercer libremente nuestra profesión, como rechazo ante los agresores y ante los que se hacen cómplices de ellos y sobre todo como reclamo de aplicación de justicia en nuestra Republica Dominicana, fundada a fuerza de sangre y sacrificio de muchos hombres y mujeres que creyeron en la libertad.

Dulce Marithza Peña,
Faustino Reyes Díaz Secretaria General
Oscar Acosta
Víctor Peña
Miguel Vólquez
Freddy Mancebo
Meliton González
Amilcar Herasme
Ramón Antonio Medina
Dugal Ferreras
Guillermo Cuevas
Buenaventura Jiménez
Soledad Trinidad
Francisco Espejo
Narcy Rosado
Claudia Fabián
Liza Volquez

domingo, 16 de agosto de 2009

Vianco Martínez, ese periodista ejemplar*




Por Riamny Méndez**

La misión de un periodista es contar lo que ocurre a su alrededor de la mejor forma que le sea posible, apegado a la verdad que ven sus ojos y le dicta su razón. Están en lo cierto quienes piensan que el periodismo no es un oficio objetivo ni neutral.

Los periodistas somos, técnicas de redacción aparte, muy subjetivos al tomar los trozos de realidad que colocamos en un reportaje y más subjetivos aún cuando decidimos en el lugar que pondremos cada pieza del mosaico.

Así que lo mejor que puede tener un periodista es la honestidad de no mentir de forma deliberada para promover su verdad, por muy justa que parezca y de dar a cada grupo en conflicto la oportunidad de ser escuchado, de mostrar sus razones para que sean confrontadas con los hechos.

Vianco Martínez es ese periodista ejemplar que, cargado de razones y de una redacción asombrosa, tiene esa clase de honestidad profesional que atrae a otros colegas, quienes le consultan cuando tienen profundas dudas éticas al escribir sobre alguna historia conflictiva. (No confío en quienes nunca tienen dudas sobre la ética en una profesión tan delicada).

Algunos y algunas hemos charlado seriamente con Vianco cuando nuestras creencias se confrontan con la realidad o cuando debemos decidir si seguir o no en una empresa porque pensamos que, tal vez, de continuar allí podríamos ser arrasados en el lodazal.Y Vianco, que periodista bueno al fin, no se cree sicólogo ni cura de pueblo, sino contador de historias, se limita a escucharnos. Nos entrevista sobre las razones y las sinrazones que nos aturden, nos interroga sobre nuestras motivaciones, nos confronta con nuestros deseos y nuestra ética.

Hasta que no tenemos más remedio que tomar una decisión, conscientes de todas sus implicaciones, sin que él emita ninguna opinión. Nadie como él para respetar la libertad de un reportero, para aceptar incluso sus desaciertos.

Fue a ese periodista al que los espalderos de Saymon Díaz echaron a empujones del Teatro Nacional. A ese es al Vianco al que no se le ha hecho justicia en los tribunales. Y sin embargo, si no hubiera sido a ese Vianco, sino a otro periodista, estoy segura de que Vianco habría sido el primero en dar la voz de alerta, en escribir la historia, en denunciar el abuso, fiel a la ética y a las razones de nuestro oficio. Fiel a la solidaridad.


*El artículo "Vianco Martínez, ese periodista ejemplar", escrito por Riamny Méndez, es el décimo de una serie que estamos haciendo en este blog, a manera de conteo regresivo hasta el 23 de agosto cuando se cumple un año del atropello contra Vianco Martínez. **Riamny Méndez es periodista y en la actualidad trabaja en el semanario Clave. Su blog Libertariedades tiene la dirección http://www.riamnymendez.blogspot.com/. La foto que ilustra este artículo la hizo en La Vega, en un acto de premiación al que acudió solidario como siempre, el amigo y colega que hoy respaldamos.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Sigo al lado de Vianco y de la verdadera justicia*


Por Lissettte Selman**

Muchas veces he pensado y sentido que el mundo está hecho al revés: al revés de cómo nos han enseñado, después de tanto oír y recitar la importancia de ser honestos, de ser nobles, de practicar cada uno de los valores relacionados con la dignidad humana y la esencia ¨cristiana¨ y la justicia…para ser aplicados en una sociedad de doble moral, de gobiernos burocráticos y demagógicos –desde que tengo uso de razón- donde lo que menos se experimenta es, precisamente, el principio de la justicia.

Justicia significa equidad, satisfacción de nuestros derechos intrínsecos como seres humanos y sobre los que, por si acaso había duda, un grupo multinacional inoperante y burocrático decidió consignar en una Carta Internacional en 1948, tres años después de terminada la Segunda Guerra Mundial, para que quedaran escritos y reconocidos como la Carta de Los Derechos Humanos, incumplidos en parte o en su totalidad en uno, más y muchos países de este amado y maltratado planeta llamado Tierra.

Y es así como hemos llegado a través del tiempo a vivir la indignación de la apatía ante un Sistema que premia y estimula todo lo contrario a lo que nos enseñaron nuestros padres y abuelos a sangre y fuego, en una época en que bastaba una mirada para que los hijos supieran que debían callar, retirarse o, simplemente, ni siquiera mirar a los ojos a los padres, dueños absolutos de la verdad y la razón aunque no fuera cierto. No digo que fueran las mejores prácticas, pero no se pueden cuestionar los buenos resultados. Por supuesto, aún se vivía la época de la Honorabilidad, algo que la mayoría hoy día preguntaría con qué se come.

Hoy, repito, se premia la ley del menor esfuerzo, la falsía, el codeo con las que se consideran ¨personalidades¨, el dinero, la influencia y el poder; mientras, se sanciona el trabajo, la honestidad, los principios y la verdad.

Por eso digo que el mundo anda patas arriba, siempre tomando como referencia lo que me enseñaron mis padres, de quienes aprendí no tanto con su verbo como con su ejemplo. Lo mismo intenté con mis hijos, luchando contra la presión de una sociedad en la que los niños llegaban a la escuela con choferes y 100 pesos diarios para la merienda hace veinte años, mientras papá se enredaba con su secretaria y mamá iba al gimnasio o a la boutique para lucirle al mejor amigo de su esposo.



Los tiempos no han cambiado mucho, es verdad; por eso ahora, en lugar de pensar que el mundo está al revés, he llegado a la conclusión de que la que anda en vía contraria soy yo, porque por más que intento no logro encajar. Si no es así, entonces tengo que decir que, al menos, no fui educada para esta sociedad o para este mundo, en el que los huecos emocionales de la gente los más avezados intentan llenar hablándoles de un Dios creado a su antojo y distante del real, donde se venden pañitos para curar dolores y oraciones memorizadas para sanar el alma…y estamos tan mal y tan vacíos que la gente los compra y se agarra a un clavo ardiendo intentando comprar la salvación de su alma.

Pero nunca mejor empleado el refrán de ¨A Dios rogando y con el mazo dando¨; las prédicas morales y las prácticas espirituales se multiplican porque dicen que estamos en el umbral del fin de los tiempos o porque ha llegado el momento de liberar al ser humano de la prisión del miedo…y entonces miramos al cielo, meditamos, leemos, hacemos yoga o nos insertamos en un grupo de oración para autosugestionarnos y sentir que vamos en la dirección correcta para trascender el pecado del que nos han hablado, aunque no entendamos de qué se trata; para ascender a otra dimensión cuando llegue el momento, porque nos lo hemos ganado después de tanto intentar, después de garantizar acercarnos a lo que creemos es la verdad; no importa si en el ínterin nos hemos chuleado a la pareja de otro y/o engañado a la nuestra, sin importar si nos hemos resentido con un compañero o recelado de él o ella, si hemos dejado aflorar nuestro afán de protagonismo o hemos exigido de cualquier manera el lugar cimero que entendemos nos corresponde.

Por eso no encajo, por eso no entiendo, por eso me sigo indignando cada vez que recuerdo que el 23 de agosto del 2008 un trabajador incansable, un ejemplo practicante de los principios con los que fui criada, un apasionado respetuoso de su oficio de contar historias como Vianco Martínez, fue vejado y maltratado por el simple hecho de intentar hacer, respetuosamente, como es él, su trabajo al entrevistar a quien previamente había contactado y ante quien había llenado todos los requisitos profesionales de lugar en pos de su objetivo: entrevistar a Pedro Guerra, un cantautor que dice cantar a lo mejor del ser humano, pero que igual se sumó a lo contrario.

Por eso no entiendo y me indigno cuando, fuera de burocracia y legalismos –que no son lo mismo que legalidades-, se aúpa por omisión la actitud de vileza, ignorancia, amoralidad y de arrogancia de dos matones que, como los apellidados Vargas, amparados en la cara oculta que, paradójicamente por no asomar, mostró Saymond Díaz, baten sus alas como si nada hubiera pasado, mientras las cadenas de opresión de la dignidad y del ejercicio libre del oficio de periodista, se ciñen más fuertes un año después del hecho admitido por los agresores y observado por testigos de los hechos, aquella odiosa tarde del 23 de agosto del 2008 en el Teatro Nacional.

No fui educada para entender esto, ni lo anterior, ni la doble moral, ni la demagogia, ni la mentira a conveniencia, ni el engaño, ni la manipulación, ni…nada de lo que vivimos.

Por eso sigo al lado de Vianco y de los que como él somos soñadores de ese mundo de justicia y equidad, de respeto y dignidad humana para el que fuimos formados y por el que luchamos, intentando ser y hacer lo mejor que podamos; después de todo, millones de padres y madres de entonces, como los que nos criaron, no podían haber estado equivocados.


*El artículo "Sigo al lado de Vianco y de la verdadera justicia", escrito por Lissette Selman, es el noveno de una serie que estamos haciendo en este blog, a manera de conteo regresivo hasta el 23 de agosto cuando se cumple un año del atropello contra Vianco Martínez. **Lissette Selman es comunicadora y productora del programa televisivo Latitud 0. La imagen que ilustra este artículo es un printscreen del blog http://www.otrojofotoperiosismo.blogspot.com/, del artista de la fotografía Ricardo Hernández. La foto de la autora es de http://www.qualityrd.com/.