Por Nodalia Arias**
¡¿Un año?! Sí, ya casi se cumple un año del atropello físico y moral que Vianco Martínez sufrió a manos de dos bestias disfrazadas de hombres.
El pasado 23 de agosto el periodista Vianco Martínez esperaba en la sala principal del Teatro Nacional para hacer una entrevista al cantautor español Pedro Guerra, quien hacía pruebas de sonido para el show que presentó esa noche.
Como buen ciudadano que respeta sus derechos e intentando que su denuncia sentara un precedente, Vianco se presentó ante las autoridades correspondientes y se querelló del maltrato que por ejercer su función de periodista recibió. Al contrario, los atropelladores ni siquiera han sido sentenciados a pagar una multa simbólica.
Da verguenza ajena saber que en República Dominicana la justicia es ciega no porque no mira a quien se juzga, sino porque quienes deberían juzgar a quienes cometen fechorías como el maltrato a un ser humano se tapan los ojos con paños oscuros.
Pero al igual que un gran número de dominicanos y dominicanas, Vianco alberga la esperanza de que más temprano que tarde la justicia diga presente en este y otros tantos casos que parecen no tener importancia para los jueces y fiscales que pululan por los pasillos del Palacio de la Justicia, de las fiscalías y hasta de la Procuraduría de la República.
Quiera Dios algún día los jueces y fiscales que ya han visto este caso nos den un susto y así podamos lograr que esta esperanza se convierta en realidad y le dejemos a nuestras próximas generaciones la herencia de que quien comete delito tiene que verse cara a cara con la justicia. Ojalá no pase como en los casos de Orlando Martínez y Narcisazo.
¡¿Un año?! Sí, ya casi se cumple un año del atropello físico y moral que Vianco Martínez sufrió a manos de dos bestias disfrazadas de hombres.
El pasado 23 de agosto el periodista Vianco Martínez esperaba en la sala principal del Teatro Nacional para hacer una entrevista al cantautor español Pedro Guerra, quien hacía pruebas de sonido para el show que presentó esa noche.
Como buen ciudadano que respeta sus derechos e intentando que su denuncia sentara un precedente, Vianco se presentó ante las autoridades correspondientes y se querelló del maltrato que por ejercer su función de periodista recibió. Al contrario, los atropelladores ni siquiera han sido sentenciados a pagar una multa simbólica.
Da verguenza ajena saber que en República Dominicana la justicia es ciega no porque no mira a quien se juzga, sino porque quienes deberían juzgar a quienes cometen fechorías como el maltrato a un ser humano se tapan los ojos con paños oscuros.
Pero al igual que un gran número de dominicanos y dominicanas, Vianco alberga la esperanza de que más temprano que tarde la justicia diga presente en este y otros tantos casos que parecen no tener importancia para los jueces y fiscales que pululan por los pasillos del Palacio de la Justicia, de las fiscalías y hasta de la Procuraduría de la República.
Quiera Dios algún día los jueces y fiscales que ya han visto este caso nos den un susto y así podamos lograr que esta esperanza se convierta en realidad y le dejemos a nuestras próximas generaciones la herencia de que quien comete delito tiene que verse cara a cara con la justicia. Ojalá no pase como en los casos de Orlando Martínez y Narcisazo.
*El artículo "Un año en espera de justicia" es el séptimo de una serie que estamos haciendo en este blog, a manera de conteo regresivo hasta el 23 de agosto cuando se cumple un año del atropello contra Vianco Martínez. El primero de estos textos lo hizo Edwin Ruiz y está aquí con el título Los hilos del poder y la agresión contra Vianco Martínez.
**Nodalia Arias es una reconocida periodista dominicana que en la actualidad labora como Asistente Oficina de Turismo Brasil. Ella publica sus artículos y crónicas en su blog http://www.depanycanela.blogspot.com/
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